El 2022 resultó ser uno de los años más complicados para los mercados en más de una década. Las secuelas de la respuesta monetaria y fiscal al Covid en 2020 llevaron a la inflación a su nivel más alto en cuatro décadas haciendo que la mayoría de los
bancos centrales tuvieran que empezar a aumentar las tasas de política monetaria luego de años gravitando mínimos. También contribuyeron a la debacle la guerra en Ucrania y los cierres en China.
Como resultado, la mayoría de los índices de acciones y bonos a nivel global cierran el año en terreno negativo; el S&P ha tenido su período de contracción más largo desde el 2008 mientras que la renta fija experimentó su mayor caída desde que empezaron los registros en 1926. La excepción en las acciones fueron los índices de la región latinoamericana, con Argentina siendo el top performer, irónicamente, retornando poco más de 35%, seguido de Chile con casi 20% y Brasil cerca de 10%…